En Residencias Origen reforzamos pautas de higiene del sueño para que las personas mayores descansen mejor y se levanten con más ánimo y seguridad. El objetivo es combinar hábitos cotidianos con un entorno adecuado y, cuando procede, revisar la medicación con el equipo sanitario.
“Un buen descanso empieza de día: luz natural, movimiento suave y horarios estables. Por la noche, calma y rituales que el cuerpo reconozca”, señala el equipo de cuidados.
Claves prácticas
-
Horarios regulares: acostarse y levantarse a la misma hora; ritual breve de desconexión (lectura suave, respiración).
-
Luz y actividad: exposición a luz natural por la mañana y paseo diario; evitar ejercicio intenso al anochecer.
-
Siesta con control: 15–30 minutos, antes de las 16:00.
-
Entorno de descanso: temperatura entre 19–21 °C, ruido bajo, habitación ordenada; colchón y almohada cómodos.
-
Cena ligera e hidratación: cenas fáciles de digerir; reducir líquidos 2 h antes de dormir y pasar por el baño antes de acostarse.
-
Pantallas y estímulos: evitar pantallas y noticias excitantes en la última hora; optar por música tranquila.
-
Medicación: no automedicarse; revisar con enfermería o médico fármacos que puedan alterar el sueño.
Señales de alerta: ronquidos intensos con pausas (posibles apneas), somnolencia diurna marcada, caídas nocturnas, desorientación vespertina o pesadillas frecuentes. Ante estos signos, conviene valorar con el equipo profesional para ajustar apoyos y descartar causas médicas.
Cuidar el sueño es cuidar la vida diaria: más atención, mejor ánimo y mayor autonomía para disfrutar cada jornada.

